adminOTRA MEDIDA DEL GOBIERNO PARA FAVORECER EL ALQUILER
El gobierno ha prorrogado la moratoria en la suspensión de los lanzamientos y desahucios de viviendas arrendadas en determinados casos.
Esta medida fue adoptada con carácter provisional como consecuencia de la pandemia mundial de coronavirus, y posteriormente se ha ido prorrogando por diversas normas hasta el 31 de diciembre de 2023.
La ley de Vivienda de mayo de 2023, también prevé medidas en caso de que el inquilino se encuentre en situación de vulnerabilidad económica.
Pero en la Ley de Vivienda, hay que distinguir si el propietario es gran tenedor o no, porque las consecuencias de la tramitación son diferentes:
– el gran tenedor debe de someterse a un procedimiento de conciliación o intermediación que a tal efecto deben de tener establecidos las Administraciones Públicas y cumplir otra serie de requisitos con anterioridad, lo que de facto alarga bastante el procedimiento
– para el pequeño tenedor solo se prevé en su caso una suspensión de carácter temporal en un procedimiento judicial
Pues bien, El Real decreto ley 8 / 2023 de 27 de diciembre, por el que se adoptan medidas para afrontar las consecuencias económicas y sociales derivadas de los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo así como paliar los efectos de la sequía, es decir en esta norma que no tiene nada que ver con temas procesales se toma medidas de muchos ámbitos, entre ellas otra moratoria en la suspensión de lanzamientos y desahucios
En concreto, se establece que la persona podrá instar un incidente de suspensión extraordinaria del desahucio o lanzamiento ante el juzgado, por encontrarse en una situación de vulnerabilidad económica que le imposibilite encontrar una alternativa habitacional para sí o para las personas con las que conviva.
De facto supone que hasta el 31 de diciembre de 2024 no se podrá llevar a cabo ningún lanzamiento por desahucio en estos casos.
Esta medida perjudica claramente a los pequeños propietarios (que luego veremos a ver si se les compensa y como se les compensa) y además produce un efecto disuasorio en el mercado del alquiler de vivienda habitual.
No sólo reduce el parque de viviendas, sino que también aumenta los requisitos que los propietarios van a exigir del futuro inquilino de su vivienda.
Consecuencia: Otra medida más que hace que cada vez haya menos viviendas dedicadas al alquiler de vivienda habitual
