Una de las frases que se le en la prensa normal y en la económica es la de si estamos ante una nueva burbuja inmobiliaria.
Hay datos que nos llevan a pensar en ello, pero hay muchos otros que nos hacen ver que la situación es muy diferente a la del verano de 2008 con la quiebra de Leman Brothers.
El numero de ventas de viviendas está igual que en el año 2007, pero hay un dato muy importante, y es que se trata fundamentalmente de viviendas de segunda mano.
El número de viviendas de obra nueva en 2021 fue aproximadamente de 80.000, cunado en los años anteriores al 2008 se alcanzaba la cifra de 800.000 viviendas por año.
En un país como España el numero normal de viviendas nueva debería de estar entre 250.000 – 300.000, es decir 6-7 viviendas por cada mil habitantes, que es la media mundial estimada como normal.
La venta de viviendas se ha visto favorecida por los bajos tipos de interés de los préstamos, el ahorro familiar después de la pandemia, la falta de otros activos con rentabilidad donde invertir, y la vuelta de la demanda extranjera.
La exposición al crédito inmobiliario por parte de la banca es muy inferior a la del año 2007, y son préstamos que se han dado a particulares y en menor medida a promotores, con lo que el índice de solvencia es mucho mayor y el riesgo menor.
Hay zonas donde la vivienda ha subido en exceso y están un poco tensionadas como Barcelona, Madrid, Málaga o Islas Baleares.
Las distintas administraciones y los agentes privados partícipes del mercado inmobiliario, deben de llevar a cabo actuaciones tendentes a un crecimiento sostenido, y a tomar medidas para facilitar el acceso a la vivienda de jóvenes, personas desfavorecidas, etc , y con ello evitar que se pueda crear una nueva burbuja inmobiliaria con el posterior estallido de la misma.